Max y Ella en Holanda / Parte 2
Saturday, July 18th, 2009¡”Goeiemorgen” queridos Pandas!
Así se dicen buenos días en holandés. Al principio nosotros tampoco nos enterábamos de nada, pero el dueño de la tienda de souvenirs nos lo aclaró.
Os quería contar qué pasó ayer, pero ahora me da un corte… ¡ooops!
Anda, Max, no seas exagerado, si no pasó nada. Cuéntalo, es divertido.
Bueno vale. Como sabéis ayer dormimos en un sofá-cama. Yo estaba cansadísimo y enseguida me quedé frito… hasta que oí la voz de Ella. Estaba tendida en el otro lado del sofá, con la espalda hacia mí. “Dame tu patita”, me dijo. Yo pensé que quizá tenía una pesadilla, así que cogí su mano para tranquilizarla. Además, a fin de cuentas, ella misma me lo había pedio. Pues bien, a la mañana siguiente nos despertamos.. y yo aún sujetaba su mano… para asegurarme de que de verdad no tenía ningún miedo. Ella me miró con ojos furiosos y retiró su mano de un tirón. ¡Y eso que tú misma me dijiste que cogiese tu mano!
Ya, lo dije, pero sólo mientras dormía, Max. Deberías saber que a veces hablo mientras duermo. Estaba soñando que tenía un perrito y le estaba enseñando a darme su patita.
¡Y tú creías que quería decir tu mano!
Bueno.. ¡Pues sí! ¡Encima! Yo sólo quería ayudar y ahora te ríes de mí.
No te enfades, Max, no pasó nada. Pero fue muy divertido.
Mañana nos vamos a Francia. Nunca estuve en París, estoy ansiosa por ver qué aventuras nos ocurren allí. ¿Quién ha estado ya en Paris? Yo siempre he querido ir.
Lávense las orejas
Max y Ella
¡Ah, por cierto! Casi lo olvidamos. Hemos enviado otra postal a Panfu. El cartero aéreo nos dijo que la dejaría caer allí donde están las puestas de sol más bonitas.
Max y Ella en Holanda / Parte 1
Friday, July 17th, 2009Queridos Pandas,
a Ella se le metió en la cabeza comprarse un par de esos divertidos zapatos de madera, así que nos fuimos a Holanda.
Max, te estás equivocando. Se llaman Países Bajos, Holanda es sólo una parte de ellos.
Bueno, vale. Lo importante son los zapatos de madera.
Sí, yo los vi hace poco en una foto en una revista de moda. ¡Son el último grito, lo más “in” del momento!
Pues bien, fuimos con el tren hacia Holanda, y nada más cruzar la forntera nos metimos en la primera tienda de Souvenirs que vimos. Además resulta que justo al lado había también una fábrica de queso. ¿Sabíais? Los holandeses también son famosos por su buen queso. Pero a Ella eso no le interesaba lo más mínimo. Como un rayo se lanzó dentro de la tienda de souvenirs y se probó sus ansiados zapatos de madera, y para completar el conjunto se puso también un vestido y un sombrero típico. La verdad.. ¡parecía un enano de las montañas!
¡Anda ya, qué sabrás tú! Estaba preciosa, sólo que los zapatos no eran especialmente cómodos…
¡Eso es! ¿Y sabéis qué fue lo que pasó después? Teníamos que volver corriendo a la estación para coger el tren y continuar el viaje. Pero claro, con sus nuevos zapatos Ella apenas podía moverse y sólo podía dar pequeños pasitos como si fuese un pato, y perdimos el tren
Era el último tren del día, y ya estaba oscureciendo. No sabíamos dónde podíamos pasar la noche, así que volvimos a la tienda de souvenirs y le preguntamos al propietario si podía echarnos una mano. Nos dijo que vale, que podíamos dormir allí, pero que sólo tenía un sofá-cama en el salón para los dos. Ella no quería compartir de ningún modo el sofá conmigo, pero no nos quedó otro remedio.
¡Y pasó algo! Pero eso por ahora me lo callo – tengo que comentarlo antes con Ella.
¿¿¿Cómoooooooo???
¡Lávense las orejas!
Vuestros Max y Ella
Max y Ella en Polonia / Parte 2
Wednesday, July 15th, 2009¡”Dzien dobry” para todos!
Así se dice buenos días en polaco
¿Queréis saber cómo continúa la historia (o leyenda, o lo que sea)?
Bueeeeeeeeeno: pues al final convencí a Ella de ir al castillo. En la taquilla preguntamos a la chica que nos atendía si conocía a un tal.. ¿cómo se llamaba, Ella?
¡Señor Jacek!
Eso es, señor Jacek. La taquillera nos dijo que el señor Jacek era el encargado de cuidar del castillo, y que le encontraríamos dentro. Así que entramos – Ella bien agarrada a mi brazo, por cierto.
Bueno, claro, es que allí era todo un poco tenebroso… Y de repente sentí que algo tocaba mi hombro desde atrás. ¡Qué susto me dí!
¡Sí, ella pegó un brinco impresionante y dió un chillico muy divertdio!
Nos giramos, y por suerte no era el dragón de tres cabezas.
¡Hubiese estado bien! No, era el Señor Jacek. Y continuó contándonos la historia:
Después de haber proclamado a los cuatro vientos el rey Krak que el caballero que venciese al terrible dragón se casaría con su hija, cientos de caballeros de todos los confines del reino se presentaron prestos para el combate. Pero ninguno consiguió derrotar al dragón. Cuando ya estaba toda la esperanza perdida, un aprendiz de zapatero de la corte del Rey pidió permiso para enfrentarse al dragón. Y el rey accedió. El aprendiz de zapatero se puso enseguida manos a la obra. Cogió una piel de oveja, y la llenó con azufre, sal y pimienta, y la cerró con hilo y aguja. Esperó hasta la noche y arrojó esta “oveja” tan especial dentro de la guarida del dragón, y esperó fuera a ver qué pasaba. El hambriento dragón devoró la “oveja” sin pensarlo de un solo bocado. Nada más después de hacerlo le entró una sed tan terrible, que tuvo que beber muchísima agua. Y bebió y bebió y bebió, y de repente, ¡¡BOOM!! Explotó como si se fuesa una bomba de agua gigantesca.
El Rey se puso más contento que unas pascuas, y el aprendiz de zapatero se casó con la princesa Wanda y vivieron felices y comieron perdices.
Oh… Una historia con final feliz, eso me gusta mucho.
¡Una leyenda, Ella!
Ah, bueno… ¿Pero es realmente una leyenda? ¿Quizá lo sabe alguno de vosotros?
Pues mañana nos vamos a Holanda. ¡A ver si allí también se saben historias o leyendas tan interesantes! Os lo contamos todo el viernes.
¡Ah, por cierto! Os hemos enviado una carta desde Polonia. El cartero aéreo nos comentó que dejó caer la postal en ese sitio tan ruidoso… hum… Ni idea de a qué se refiere, pero seguro que lo acabáis encontrando.
¡Lávense las orejas!
Max y Ella
Max y Ella en Polonia / Parte 1
Monday, July 13th, 2009¡Hola queridos Pandas!
¿Cómo ha ido el fin de semana?
Nosotros estamos ahora mismo en Cracovia. Está en Polonia. De Berlín a Polonia no se tarda nada. ¿Lo habéis visto en el mapa? Cracovia es una ciudad preciosa. Hace mucho mucho tiempo vivieron aquí importantísimos reyes. Vivían en el castillo de Babel. Queríamos ir a verlo, pero un señor en el tren nos contó una inquietante historia sobre él :O
¡Nada de historia, una leyenda!
Las leyendas son también historias, ¿no? Aj, qué se yo.
Bueno, de todas formas, la leyenda cuenta lo siguiente:
Hace mucho mucho tiempo vivían en un castillo en la montaña de Babel el rey Krak con su hija Wamba. Todos los habitantes de Cracovia amaban a su magnánimo rey y a su encantadora hija. Vivieron días muy felices, hasta que un día un terrible dragón decidió hacer su guarida en una cueva bajo la montaña de Babel. Tenía tres cabezas y el cuerpo estaba completamente cubierto de escamas. Cuando tenía hambre rugía tan fuerte que toda la montaña temblaba, y escupía llamas por sus fauces y humo por su nariz. El terror y la angustia se apoderaron de toda la pobre gente. Cada día había que darle una oveja al dragón, pues de lo contrario amenazaba con raptar a la hija del rey. El rey quiso poner fin a la situación, y decidió proclamar por todo el reino que buscaba a un valiente caballero que derrotase al dragón. Como premio, el caballero podría casarse con su preciosa hija.
Pues eso es todo lo que nos contó. Nos dijo que nos contaría el resto mañana.
Yo la verdad no sé… ¿Y qué ocurre si el dragón sigue allí?
¡No seas gallina, Ella! Seguro que a tí no te rapta. ¡Yo te protegeré!
Mañana vamos para allá, y el miércoles os contamos cómo fue.
¡Lávense las orejas!
Max y Ella